¿Qué es la inspiración? vs ¿Qué es la admiración?

La mayoría de mis colecciones parten de algo que llama mi atención, como en este caso, la naturaleza. Es algo que me inspira tanto como la admiración que me provoca.

 

El otro día leía un artículo sobre la admiración. Decía que es un sentimiento de sorpresa, alegría, e incluso de ensanchamiento del espíritu, provocado por la aparición de algo que uno considera extraordinario. Que, en definitiva, la admiración es una respuesta emocional hacia aquello que valoramos, y que varía de persona en persona.

 

Por eso, creo interesante convertir la experiencia del “proceso de inspiración” en una oportunidad para conocernos mejor, ya que es un proceso íntimo, que habla más de nosotros mismos que del objeto de inspiración.

 

Entonces, cada vez que admiremos algo o a alguien, es una buena oportunidad para preguntarnos:

¿Qué me parece extraordinario de aquello que estoy observando?

¿Qué aspectos me atraen?

¿Qué emoción me provoca?

¿Con qué relaciono esa emoción?

¿De qué manera eso que me atrae se vincula con mi historia, mis vivencias, deseos, necesidades e intereses?

Cuando reconocemos que lo que nos moviliza emocionalmente es, en realidad, una proyección y un reflejo de lo que somos, no solo se abre un universo de posibilidades, exploraciones y autoconocimiento, sino que los resultados que surgen de este proceso se vuelven más coherentes con nuestra identidad y con lo que verdaderamente somos.