Es ese instante en que dejamos lo que estamos haciendo, para renovar la mirada y descubrir nuevas posibilidades. 

 

Son gestos sencillos que,  se convierten en rituales que nos permiten reconectar con nuestro “Pulso Creativo”  y quizas descubrir aquello que la mente estaba necesitando.

 

Caminar descalza, es mi cable a tierra. 

 

Quizá el taller no sea el lugar más indicado, pero lo necesito! Sentir el frío del suelo me ancla al presente.

Me ayuda a cambiar el foco y frenar la cinta infinita de ideas en mi cabeza. 

 

Caminar descalza es mi pausa creativa.

Cual es la tuya?